Una plaga histórica de langostas amenaza África

“De repente llegó una nube enorme que hasta tapaba el sol”, comentan los guardabosques del Parque Nacional de Shaba, en el centro de Kenia. Por allí ya ha pasado la plaga de langostas que asola África, amenazando su seguridad alimentaria.

Un hombre corre entre lansgostas cerca de Nairobi | DAI KUROKAWA / EFE

Philip Githonga, trabajador del Parque Nacional de Shaba, ha explicado a Efe cómo fue la llegada de estas langostas: “Fue como en las películas, parecía una nube enorme de polvo que no dejaba ver la luz”.

Una "nube enorme" formada por bandadas de la gran plaga de langostas del desierto que asola, por ahora, parte de Somalia, Etiopía y Kenia.

La situación es de alerta. "Es la peor que tenemos registrada en los últimos 25 años en Somalia y Etiopía, y la peor en 70 años en Kenia”, ha comentado a Efe el asesor para alerta, acción, preparación y respuesta temprana de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Sergio Innocente.

Isiolo es donde se encuentra esta reserva, uno de los ocho condados kenianos, del norte y del centro del país, que desde finales del año pasado viven el paso de estos insectos.

Suelen viajar en bandadas de hasta 150 millones de individuos y pueden recorrer hasta 150 kilómetros al día. Es por ello que el riesgo es mayor. Su cruce a Sudán del Sur o Uganda es uno de los peligros que acechan ahora. Allí vieron por última vez a estos animales hace más de seis décadas.

El origen de esta plaga está en el verano de 2019. Fue en el mes de julio cuando esta especie invasora llegó a Somalia en desde el otro lado del Mar Rojo.

"Estaban huyendo de donde se habían reproducido hacia otra zona, llegaron, encontraron comida y se quedaron", ha explicado a la agencia Efe Stephen W. Njoka, director para el este de África de la Organización para el control de la langosta del desierto (DLCO).

¿Por qué han migrado?

Las zonas afectadas son especialmente desérticas pero están verdes de forma atípica para la actual temporada seca en la que nos encontramos. Las lluvias, sumadas a la dirección del viento, han formado "unas condiciones climáticas favorables" para la migración de esta especie.

Desde hace más de una década no se ha visto a este animal tan destructivo por esta región. Un problema más que se suma a los difíciles años de cultivo de los que la propia ONU ya alertaba hace un año.

Desde Agricultura en Kenia aseguran que están controlando la situación en lo que a seguridad alimentaria se refiere. "Aún no está en riesgo la seguridad", ha argumentado a Efe Peter Munya, recién nombrado ministro de Agricultura.

Unas declaraciones que no coinciden con el comunicado del propio Ejecutivo en el que califica la situación de "catástrofe ecológica".

A través de siete helicópteros y avionetas el Gobierno de Kenia y el DLCO trabajan para acabar con la plaga, utilizando 4.700 litros de pesticidas para fumigación. Pero el uso aéreo de productos químicos está suscitando una gran polémica entre la población.

No es peligroso para el ser humano, pero Innocente ha afirmado que "algunos de estos pesticipdas tendrán repercusión en otras especies e insectos, pero esto se ha tenido en cuenta y se están usando los menos nocivos".

Somalia, en el punto de mira

Kenia y Etiopía luchan para contener la plaga y parece que van haciendo progresos al respecto.

Sin embargo, la difícil situación de gobernabilidad de Somalia hace que atajar la situación en este país sea complicado. Es por ello que existe el riesgo de que el país se convierta en un "agujero negro", en el que insecto haga nido y se reproduzca con libertad.