Una ballena jorobada engulle por error a un lobo marino

El fotógrafo de fauna silvestre Chase Dekker ha tomado la que probablemente sea la imagen de su vida: un lobo marino caía en la boca abierta de una ballena jorobada que acababa de salir a la superficie para alimentarse. Imaginad su desconcierto.

Ballena engullendo al lobo marino | CHASE DEKKER

En un viaje de observación de ballenas, el fotógrafo siguió, entre otras, a una ballena jorobada. Era la más grande de las tres del grupo que observaban en ese momento, con una longitud de unos 15 metros.

De pronto, cuando menos lo esperaban, el animal abrió la boca para consumir los peces que le correspondían y, por accidente, levantó al lobo marino como si de un peso pluma se tratara. 

Chase Dekker, el autor de la imagen, trabaja como naturalista del equipo de observación de ballenas Sanctuary Cruises. Cree que jamás podrá olvidar lo que ha vivido. "En cuanto vi la fotografía, supe que sería una de las más raras que he sacado jamás", ha afirmado. "Probablemente algo que no volvería a presenciar", pensó cuando contempló la imagen.

Comiendo por embestida

Esta es una de las mejores temporadas para avistar ballenas jorobadas en la bahía de Monterrey. Se detienen en esta zona cada verano para alimentarse de los bancos de anchoas. 

Por su parte, dado que los depredadores se evitan entre ellos, los lobos marinos nunca están presenres cuando las ballenas jorobadas se preparan para su ingesta diaria. 

Y es que las ballenas se alimentan por embestida, es decir, cargan hacia la comida y abren la boca para engullirla. A continuación, expulsan el agua y filtran los peces a través de estructuras bastante flexibles conocidas como barbas.

Según narra National Geographic, Dekker ha explicado que lobos marinos y ballenas comen por turnos, de manera bastante ordenada.

Estas "confusiones" de la naturaleza también pueden ocurrir con las aves, aunque es difícil que estas desciendan por la garganta de la ballena. Sin embargo, aunque complicado, no es imposible, según análisis realizados en Glacier Bay e Icy Strait, Alaska. Cuando esto sucede, las aves atraviesan a la ballena prácticamente sin digerir y salen, segúnlos expertos, como "ladrillos de aves".

En este caso que nos atañe, la ballena permaneció más de lo previsto en la superficie con la boca abierta, durante unos 10 segundos. Probablemente, según la anatomista Joy Reidenberg, sintiera la sensación del lobo marino.

Los observadores de ballenas no pudieron comprobar lo que sucedió después de tomar esta fotografía, aunque es probable que huyera durante la pausa en superficie.

Una falsa alarma

Aunque los observadores de ballenas no pudieron ver qué ocurrió después de que el lobo marino fuera atrapado por accidente, es probable que huyera rápidamente durante esta pausa en superficie sin padecer daño alguno.

Los expertos coinciden en que es improbable que el lobo marino perjudicase a la ballena con esta aparición sorpresa entre su festín. Las mandíbulas de la ballena jorobada son muy fuertes, puesto que soportan la gran fuerza del agua durante la alimentación. 

Dekker ha asegurado que aquel día no vieron a ningún lobo marino herido, "así que suponemos que huyó sin problemas". A posteriori, las ballenas continuaron con el menú del día como si nada hubiese pasado.

A pesar de que para estas ballenas la vida seguramente continúe sin cambio alguno, Dekker y sus compañeros no olvidarán esta experiencia. "Quizás sea uno de esos momentos que se presentan una vez en la vida", ha comentado Dekker. 

Y sí, seguramente tenga razón.