Se acabaron las corridas de toros en la Plaza México. En el recinto taurino más grande del mundo, situado en Ciudad de México, ya no habrá más espectáculos taurinos. El juez federal Jonathan Bass ha concedido la suspensión definitiva tras un amparo promovido por la asociación civil Justicia Justa, que considera que el trato “degradante” a los toros viola el derecho a un medio ambiente sano. La empresa Tauro Plaza México, que opera el coso, y el Gobierno de Ciudad de México, puede impugnar la decisión ante un tribunal colegiado. Mientras dure el proceso judicial, las actividades quedan paralizadas.
En su contundente resolución, Bass confirma que se trata de una decisión “que beneficia a toda la sociedad”. “La concesión de la suspensión definitiva no vulneraría el orden público ni afectaría el interés social sino que, por lo contrario, permitiría que las autoridades ejercieran sus facultades legales para evitar la contravención al derecho a un medio ambiente sano que ocasiona la muerte injustificada, los tratos crueles y los sufrimientos innecesarios de los toros de lidia”, ha detallado. El juez añade que esta determinación "generaría un beneficio no solo a las partes del presente juicio, sino a todas las personas que vivan en la Ciudad de México y su entorno adyacente, con independencia de la postura ideológica que profesen acerca de las actividades taurinas”.
En una sentencia de más de cincuenta páginas, el juez federal desgrana el lenguaje taurino y detalla, uno por uno, los daños emocionales y físicos que experimentan los toros durante las corridas. Se basa en un documento de la PAOT, el órgano de protección animal del Gobierno de Ciudad de México, y en la resolución de un tribunal federal que describe “el dolor excesivo y agónico que culmina con la muerte por hemorragias severas o paros respiratorios”.
Bass concluye que se trata de “una actividad recreativa en la que se lastima, se tortura y finalmente se mata a un animal”. Su argumento se fundamenta en que considera que la sociedad debe respetar "la integridad física y emocional de todos los animales porque son seres vivos que conforman los ecosistemas y que, por consiguiente, contribuyen con servicios ambientales que resultan esenciales para el ser humano”. También nombra el “valor intrínseco que tienen todos los animales en tanto seres sintientes, incluidos sin excepción alguna los toros de lidia”, un valor protegido en la actualidad en la Constitución de Ciudad de México.
El juez Bass concede esta suspensión como una medida cautelar dentro del proceso de juicio de amparo de la asociación Justicia Justa. Esta organización, especializada en defensa de los derechos humanos, ha impugnado el Reglamento Taurino y la ley para la Celebración de Espectáculos Públicos de Ciudad de México por considerarlos inconstitucionales.
Por su parte, el gerente de la Plaza México, Mario Zulaica, ha querido hacer hincapié en que esta suspensión solo estará vigente mientras dure el juicio por lo que considera que “no está tan lejano que se revoque esta situación”. “No están declaradas inconstitucionales las corridas, sino que están reconocidas por la constitución”, incide Zulaica, que rechaza el argumento del juez de que los espectáculos taurinos dañen el medio ambiente, tal como ha recogido EL PAÍS.
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