Termina el sacrificio de las 900 reses del buque Karim Allah

Después de cuatro días, este martes ha concluido el sacrificio de los casi 900 terneros que quedaban en el buque Karim Allah. Los animales han permanecido dos meses navegando por el Mediterráneo.

La operación de sacrificio ha tenido lugar en la dársena de Escombreras donde está atracado el barco, en unas carpas blancas instaladas por el Ministerio de Agricultura. Según recoge El País, los cadáveres guardados en contenedores serán trasladados a una planta de tratamiento de subproductos animales no destinados a consumo humano, donde serán triturados e incinerados.

Con este trágico desenlace concluye el viaje de estas reses que salieron de España rumbo a Turquía hace nada menos que dos meses. Por asuntos burocráticos, las autoridades turcas de Iskenderun rechazaron su desembarco para ser vendidos como ganado de cebo. Consideraban que no había garantías suficientes de que los terneros estuvieran libres de lengua azul. Este virus no es contagioso a los humanos pero sí afecta a los rumiantes.

Los animales tampoco pudieron desembarcar en Libia ni en ningún otro puerto del Mediterráneo. Paradojas de la vida, los casi 900 terneros han sido sacrificados sin conocerse si estaban realmente infectados de lengua azul.

Los abogados del armador del buque, Talia Shipping Line, se opusieron al sacrificio de las reses y también han expresado su descontento con la actuación de las autoridades españolas. "Nos hemos sentido muy maltratados por el ministerio", ha afirmado Miguel Masramon, uno de los letrados, según ha informado El País.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid desestimó el recurso del armador, que pedía que se suspendiera de forma cautelar la orden de las autoridades españolas para sacrificar a las reses. A pesar de ello, Masramon se pregunta si el sacrificio era la única solución posible a esta situación. "¿Dónde está la explicación de que haya que pasar por aquí?".

Agricultura ordenó el sacrificio de las reses por considerar que el ganado, debido a su estado de salud, no era apto para el transporte y no puede entrar en territorio aduanero de la Unión Europea por proceder de Libia, país donde se intentó vender a las vacas y que tiene prohibida la exportación de animales vivos a la UE.

No hay mención alguna a la lengua azul en el acta de la inspección veterinaria ni fueron realizados análisis de sangre a los animales, que han sido sacrificados sin haberse determinado si realmente estaban infectados.

El Partido Animalista PACMA cree que la operación ha sido un "escándalo" y que las administraciones españolas "dan la espalda a los animales para obtener el mayor beneficio económico a costa de su sufrimiento". 

La presidenta de Igualdad Animal, Silvia Barquero, añade que no se entiende "por qué la inspección veterinaria oficial no ha realizado análisis a los animales para verificar si estaban enfermos".

Todavía no está confirmado el método que se ha empleado finalmente para este sacrificio masivo, pero Alfonso Senovilla, veterinario de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha, ha explicado a El País que el único método viable es mediante inyección intravenosa.

Para administrar la inyección letal, los animales son conducidos en fila por pasillos para ser sacrificados de uno en uno. "Se agarra al animal o se le atan los cuernos y se le administra la inyección", ha detallado el profesional, que cree que después del cruel viaje de dos meses que han tenido que vivir estos animales, la inyección es el único método viable.