Ssoyoung tiene 30 años y tres millones y medio de seguidores en su canal de YouTube. Aunque parezca mentira, algunos la "siguen" por sus repugnantes proezas. Mientras, otros exigen con urgencia que YouTube cierre su canal por su praxis pública: torturar y comer animales vivos. Maltrato animal casi en directo y permitido por un grande de la red de redes. La guerra en YouTube está abierta.
Captura de un vídeo de Ssoyoung
Mukbang es como se conoce a esta práctica turbia y polémica que está generando un gran rechazo en la comunidad youtuber. La evolución de esta surcoreana no puede ser más oscura y siniestra: Ssoyoung empezó haciendo contenidos dirigidos a mezclar sonidos y diferentes imágenes en búsqueda del placer. Sus vídeos, ahora, son bien distintos.
El término mukbang procede de un vocablo coreano que se traduce como "emitir comiendo", y consiste en crear contenidos en los que el protagonista se muestra comiendo grandes cantidades de comida copiosas. Hasta aquí, pase.
Pero Ssoyoung va más allá. Ella se come todo lo que se interpone en su camino, intensificando los sonidos para que quienes la siguen disfruten con su peculiar experiencia sensorial.
El límite de lo asumible se rebasa cuando la youtuber decide comer animales vivos. Una auténtica locura que en este medio de comunicación nos negamos a compartir por la vejación y denigración que consideramos supone este contenido, a todas luces denunciable por vulnerar todos y cada uno de los derechos de los animales.
Y es que en uno de sus vídeos más vistos hasta hoy, la youtuber triunfa devorando a mordiscos un calamar vivo. Sí, vivo. Algo que ha llevado a cabo también con pulpos y otro tipo de especies, no sin antes golpearles, acuchillarles y agitarles para que se retuerzan de dolor.
Una siniestra oda al maltrato animal que mucho está tardando YouTube en censurar.
¿Cómo puede ser que aplicaciones como Instagram intuyan un pezón en un desnudo natural y decidan borrar una imagen sin tapujos mientras se permite la proliferación en YouTube de este contenido deplorable? ¿Valen más un puñado de reproducciones que controlar un contenido altamente perjudicial y bochornoso?
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