A día de hoy, no existen estadísticas oficiales que corroboren las cifras de animales abandonados o maltratados en España. La Dirección General de Derechos de los Animales, dependiente del Ministerio de Derechos Sociales que dirige Ione Belarra, remite, como datos más actualizados, al informe de abandonos de la Fundación Affinity, que cifra en 162.000 los perros abandonados en el pasado año 2020.
La Dirección General de Derechos de los Animales ha asegurado a Newtral.es que continúan recopilando información y que sus resultados verán la luz a lo largo del presente ejercicio.
Galgos y podencos son las razas de perros más utilizadas por el sector cinegético de este país. De hecho, en la actualidad España es uno de los pocos países de la Unión Europea en el que la caza con perros sigue siendo legal, tan solo junto a Eslovaquia o Hungría, y se encuentra regulada por las comunidades autónomas, que poseen la competencia a este respecto.
Tal como recogen en Newtral.es, la ley cinegética de Castilla y León, una de las comunidades con mayor actividad de caza, los perros están contemplados como “medios de caza” junto a hurones y aves de cetrería. De acuerdo con esta normativa, un perro tiene la misma consideración para la caza que un arma.
El fin de la temporada de caza es el momento del año en el que, según las asociaciones animalistas, se abandonan más perros. Cuando la temporada concluye, algunos galgueros se deshacen de los animales que ya no son válidos, que han sufrido alguna lesión o de aquellos que no han conseguido el rendimiento esperado.
Según la asociación Anima Naturalis, "algunas estimaciones calculan que en España cerca de 50.000 galgos y otros perros para la caza son abandonados”. Son cifras procedentes del trabajo de rescate y recuperación de distintas protectoras y asociaciones, que recopilan datos basados en su propio trabajo. “No existe un registro único para obtener datos de abandonos y así poder contar con cifras oficiales de la situación de los galgos y podencos”, reconocen en Anima Naturalis en su página web oficial, en la que solicitan la creación de “un censo total en España” para controlar y proteger a estos animales.
La directora en España de AnimaNaturalis Internacional, Aïda Gascón, detalló a Newtral.es que esta cifra se trata de una “proyección que consistió en tomar la media de todas las perreras y protectoras que ofrecieron datos, proyectada al total de centros que tenemos en la base de datos”. Obtuvieron la cifra de 43.997 abandonos de galgos al año, que redondearon a 50.000. “La mayoría de las entidades no nos respondieron, o lo hicieron pero no entregaron datos”, explicó, asegurando que encontraron el problema añadido de que muchas asociaciones tienen convenios con distintos consistorios, por lo que no quisieron ofrecer sus datos.
La Real Federación Española de Caza consideraba en un comunicado que estos son “datos falsos que atentan contra la actividad cinegética” y que se trata de una “mezcla de cifras sobre perros abandonados en general en comparación con la de galgos, creando confusión y con una absoluta falta de rigor”.
Según la Fundación Affinity, en España 286.000 perros y gatos llegaron a las protectoras, abandonados, perdidos o cedidos por sus dueños, durante el año 2020. Esto supone un 6% menos que en el informe anterior. De ellos, 162.000 eran perros, un 11,5% menos de abandonos que el año anterior.
La recogida de perros abandonados fue más alta en enero, el mes en el que concluye, por lo general, la actividad cinegética en España, y supuso un 10,6% del total de perros abandonados.
Si seguimos indagando en las cifras, el Seprona de la Guardia Civil no aporta informes concluyentes al respecto. Sus últimos datos corresponden a 2020 y especifican que se realizaron 10.459 actuaciones relacionadas con animales de compañía, además de 8.427 relacionadas con sanidad animal. En cuanto a la caza, se registraron 5.711 infracciones de la normativa cinegética.
El informe del Seprona no especifica en ningún momento cuántos perros de caza han sido abandonados, aunque sí declara que “los delitos que más han aumentado son los relacionados con el maltrato animal, la caza y los relativos a la protección sobre la flora y la fauna”.
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