El misterio del megalodón, escualo de tamaño monstruoso actualmente extinto, ha seguido vigente hasta nuestros días. El megalodón medía unos 20 metros de longitud y fue el depredador más feroz de nuestros océanos desde el Mioceno (hace 23 millones de años) hasta el Plioceno temprano, hace entre 5,3 y 3,6 millones de años. Sin embargo, los científicos todavía desconocen cómo y cuándo se extinguió exactamente. El cambio climático, la extinción de algunas de sus presas o la competencia con otros depredadores marinos son las tres hipótesis que se valoran. Ahora, un reciente estudio arroja nueva luz sobre esta polémica desaparición.
El informe ha sido publicado en la revista Nature Communications y afirma que los grandes tiburones blancos (Carcharodon carcharias) compitieron por los recursos alimenticios con estos colosales carnívoros. ¿Cómo han llegado a esta conclusión? Un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y de la Universidad Goethe de Fráncfort, liderado por Jeremy McCormack, ha analizado las proporciones de isótopos de zinc conservados en el esmalte dental para evaluar geoquímicamente el nivel trófico (es decir, el lugar que ocupa un organismo en el ecosistema en el que habita) de veinte especies de tiburones vivos, así como de trece especies fósiles, entre ellas, el megalodón (Otodus megalodon).
Los resultados confirman que este isótopo (Zn-66) presenta una gran estabilidad y logra conservarse sin alteraciones durante amplios períodos geológicos. Además, es un excelente indicador de los niveles tróficos de las especies. "El zinc es esencial para los organismos vivos y desempeña un papel crucial en varios procesos biológicos. En los tejidos de los vertebrados, por ejemplo, proviene principalmente de la dieta y sus isótopos son un indicador útil del nivel trófico en los mamíferos", han detallado los autores en su estudio.
Poniendo en comparación los valores de isótopos de zinc del megalodón y del gran tiburón blanco, los investigadores dedujeron que en algún momento del Plioceno temprano los niveles tróficos de ambas especies se superpusieron, por lo que es muy posible que compitieran por las mismas presas, que podrían ser cetáceos y otros mamíferos marinos. Por ello, según los autores del estudio, "la competencia de recursos con el tiburón blanco fue un aspecto esencial en la extinción del megalodón". Los científicos recuerdan que tampoco se deben descartar "múltiples factores ambientales y ecológicos combinados, incluido el cambio climático y limitaciones térmicas, junto con el colapso de las poblaciones de presas".
Kenshu Shimada, profesor de la Universidad DePaul de Chicago y otro de los autores del estudio, afirma que "es probable que estos resultados impliquen, al menos, cierta superposición en las presas cazadas por ambas especies de escualos". Asimismo, los investigadores consideran que "si bien se necesita investigación adicional, nuestros resultados parecen respaldar la posibilidad de una competencia dietética del megalodón con los grandes tiburones blancos durante el Plioceno temprano".
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