¿Qué hacer si mi perro sufre un golpe de calor?

Durante el verano es habitual que nuestros perros padezcan golpes de calor, pudiendo incluso fallecer en cuestión de minutos. Por ello, es fundamental seguir una serie de pautas que eviten llegar a este punto, así como saber cómo reaccionar si estamos ante esta situación de riesgo.

El golpe de calor es una reacción que se produce cuando sube la temperatura corporal de manera muy brusca y el organismo no es capaz de compensarla. No estamos hablando de un hecho sin relevancia, porque esto puede traducirse en una disfunción multiorgánica que acaba provocando la muerte del animal.

Si bien los perros tienen una temperatura corporal superior a la nuestra -que oscila los 38 ó 39°C-, pueden sufrir golpes de calor con cierta facilidad. Los principales síntomas del golpe de calor suelen aparecer cuando supera los 42 ºC. Podremos observar en él un jadeo excesivo y una respiración acelerada, incluso podría tambalearse y mostrar convulsiones, perdiendo hasta la conciencia. También puede vomitar o tener diarrea.

Ante esta urgencia médica, debemos actuar con rapidez y contundencia. Debemos bajar la temperatura corporal a nuestro perro y, para ello, debemos seguir estos pasos:

- Humedece a tu perro, pero nunca le tapes o cubras con toallas o mantas mojadas. Esto último podría tener el efecto contrario y provocarle la muerte.

- Báñale en agua a 20 °C. Nunca debe estar helada. Ese es un mito que desaconsejan los expertos veterinarios.

- Pon a su disposición agua fresca y limpia, pero evita que beba mucho y muy rápido, ya que eso podría producirle una torsión de estómago.

- Aplica hielo bajo sus axilas. Solo durante unos segundos y en caso muy necesario.

- Mantén a tu perro en un lugar fresco, libre del sol directo y de las elevadas temperaturas. Este aspecto es esencial para su recuperación.

- Acude al veterinario. Una vez hayas logrado estabilizarlo, acércate al veterinario para que confirme si algún órgano ha sufrido daños durante el golpe de calor, y para que te recomiende lo mejor para tu can.

Los animales más sensibles a estos ataques son los más jóvenes y los más mayores, así como los obesos y braquicéfalos (los que son muy chatos), que tienen más problemas para enfriar su temperatura corporal.

Más vale prevenir que curar

Para evitar llevarnos un susto que puede tener un trágico final, debemos seguir estas recomendaciones, especialmente en época de altas temperaturas como es el verano:

- Que el animal tenga siempre agua fresca a su disposición.

- No dejar a los perros encerrados o atados en lugares calurosos. ¡Nada de tenerlos esperando en el coche o atados en su caseta al sol! 

- Impedir que haga demasiado ejercicio en los días de mucho calor.

- Durante los viajes, recomendamos realizar paradas para que descanse y pueda beber agua fresca. 

- Evitar sacarle a pasear durante las horas más calurosas del día. Es mejor que salgan a primera hora de la mañana y a última del día.

Gracias a estas precauciones, tu perro será más feliz y evitarás riesgos que puedan acabar con su vida. Recuerda que es nuestra responsabilidad cuidar de nuestras mascotas.