¿Qué debo hacer si mi perro toca a una oruga procesionaria?

La primavera es la época en la que la oruga procesionaria u oruga del pino abandona su nido en estos árboles para salir, en hilera con otros ejemplares, a buscar nuevos árboles para invadir. Hablamos de un animal muy peligroso tanto para ti como para tu perro. ¡Precaución!

La oruga procesionaria vive en los pinares, pero también puede habitar en cedros y abetos. Es una oruga recubierta de pelo que puede provocar incluso la muerte de nuestros perros por por alta toxicidad debido a sus pelos urticantes, que contienen thaumatopina, una sustancia tóxica que provoca reacciones alérgicas e irritación en oídos, nariz y garganta.

La vida de la oruga

Su desarrollo es holometabólico, es decir, su ciclo biológico pasa por las fases de huevo (embrión), larva (oruga), pupa e imago (mariposa).

Las larvas nacen generalmente entre los meses de septiembre y octubre, pasando por cinco estados larvarios que duran hasta ocho o nueve meses. Las larvas se alimentan de las acículas de los pinos, lo que produce su defoliación o caída.

Cuando concluye el estado larvario, las orugas se vuelven voraces y consumen todas las acículas, momento en en que descienden de los árboles en fila -de ahí lo de orugas procesionarias- para salir en busca de otro árbol del que alimentarse.

Esto ocurre al final del invierno, cuando comienza a subir la temperatura. Por ello, la época del año más peligrosa es la primavera, habitualmente entre los meses de marzo y mayo. Si nuestros perros intentan olerla o cogerla con la boca, o simplemente la tocan, la oruga desprende sus pelos y el perro estará intoxicado. La gravedad dependerá del número de pelos que hayan entrado en contacto con nuestro fiel amigo.

Pero no solo pueden verse afectados cuando tocan a estos insectos directamente. También pueden quedar sus pelos en suspensión en el aire, afectando a nuestro perro si pasa cerca de ellos.

Además de irritación y reacciones alérgicas, puede producirse inflamación en la zona de la cabeza y la boca, llegando a la asfixia en un corto período de tiempo.

¿Cómo sé que mi perro está afectado?

El perro se rascará mucho y observarás la zona afectada enrojecida. Puede que comience a jadear o a sacar la lengua por la inflamación. Le notarás especialmente nervioso y es posible que pierda el apetito e incluso que vomite.

¿Qué debo hacer?

Una rápida y adecuada actuación es esencial para salvar la vida de tu perro. ¡Toma nota! Debes seguir estos pasos:

- Lava muy bien la zona afectada con agua templada para neutralizar el efecto de la toxina. Si tiene la procesionaria, retírala sin tocarla, usando guantes o pinzas. No frotes o manipules las posibles heridas para evitar que las toxinas se extiendan por el cuerpo.

- Acude cuanto antes al veterinario para que le administre corticoides para tratar la inflamación. Si se inflama su lengua, puede morir asfixiado y, dependiendo de la gravedad, es posible que la zona afectada sufra una necrosis, debiendo ser amputada.

- Si vives en zonas peligrosas, tu veterinario puede proporcionarte inyecciones de Urbason enseñándote cómo aplicarlas. No es un tratamiento definitivo para solucionar el problema provocado por la oruga procesionaria, pero ayudará a mantenerlo con vida hasta que llegues al veterinario.

- Alerta a las autoridades si observas procesionaria en la zona, para que puedan acudir a fumigar y eliminar el peligro inminente. Recuerda que las orugas son tóxicas también para los humanos.

En general, los expertos recomiendan mantener a nuestros perros alejados de insectos o anfibios de formas o colores llamativos porque pueden ser muy venenosos.