La imagen es trágica. Seis elefantes fallecieron la semana pasada al caer por una cascada en el Parque Nacional Khao Yai en Tailandia, ahora conocido como "el abismo del infierno". Hace unas horas han sido hallados otros cinco cadáveres. Entre los primeros se encontraba una cría de tres años, según ha informado el jefe del parque, Kanchit Srinoppawan. Ella fue la primera en precipitarse y, según publica la BBC, los demás paquidermos pudieron despeñarse al intentar ayudarse.
Elefantes en el "abismo del infierno" | PARQUE KHAO YAI
"Suponemos que los elefantes son miembros de la misma manada", ha explicado a la agencia Efe Witthaya Hongwiangchan, director de Áreas Protegidas de la provincia de Prachinburi, zona en la que se encuentra el Parque Nacional de Khao Yai. Los restos los paquidermos estaban en un poza corriente abajo, a unos dos kilómetros del punto donde se localizó el primer grupo de elefantes fallecidos.
Los expertos mantienen que uno de los elefantes cayó por el precipicio, y el resto se precipitó por el desfiladero al tratar de ayudar a los miembros del grupo en apuros.
Durante el incidente de la pasada semana, otros dos animales fueron rescatados al borde del precipicio en la cascada Haew Narok, al sudoeste del país, en la provincia de Nakhon Ratchasima. "Fue un accidente. A menudo hemos visto que esto ocurre", ha declarado el ministro de Recursos y Medio Ambiente, Varawut Silpa-archa. En el año 1992 una manada de ocho elefantes murió en este mismo lugar y en semejantes circunstancias.
Como ya auguraban hace unos días, las esperanzas para el resto de su manada no eran demasiadas. Edwin Wiek, fundador de la Fundación de Amigos de la Vida Silvestre de Tailandia, ha afirmado que el resto de los elefantes lo tendrán complicado para mantenerse con vida, puesto que los paquidermos dependen unos de otros para protegerse y hallar comida.
Además, tal como se ha demostrado en numerosas ocasiones, los elefantes sufren y muestran signos de dolor. "Es como perder a la mitad de tu familia", ha declarado Wiek a la BBC.
Este parque tailandés cuenta con una población de 300 elefantes salvajes. Todos ellos habitan en un territorio de unos 2.000 kilómetros cuadrados formado por bosques y praderas.
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