Los grupos de investigación del CNB-CSIC han desarrollado anticuerpos neutralizantes eficaces frente a las variantes más virulentas del SARS-CoV-2 y que pueden utilizarse como terapia en pacientes de covid-19. Según una investigación publicada en Frontiers in Immunology, lo más sorprendente de esta investigación es que parte de segmentos generados por inmunización de dromedarios.
Al parecer, estos anticuerpos fueron clonados en bacterias 'E.coli' en el CNB-CSIC, creando un sistema que podrá ser fundamental en la gestión de la pandemia. "Los camélidos como los dromedarios, llamas, alpacas, entre otros, producen un tipo de anticuerpos capaces de reconocer al antígeno con una sola cadena de proteína, en lugar de dos como en el resto de especies animales", ha explicado Luis Ángel Fernández, director del grupo de ingeniería bacteriana del CNB.
En el laboratorio aislaron la zona de unión de estos anticuerpos, fragmentos de pequeño tamaño conocidos como nanoanticuerpos que pueden bloquear virus y bacterias. "Al tener secuencias muy similares a las de los anticuerpos humanos, pueden utilizarse directamente en terapia sin generar rechazo", ha señalado Fernández. Además, tienen algunas propiedades muy útiles, como su estabilidad y resistencia a condiciones extremas.
Los investigadores, que han publicado el estudio en la revista científica Frontiers in Immunology, han producido los anticuerpos mediante cultivos celulares en el laboratorio y afirman que la producción podría comenzar a escalarse para su aplicación clínica. Estos anticuerpos tienen un gran potencial para la detección del virus, por lo que también son útiles en diferentes formatos de test antigénicos del SARS-CoV-2. El CSIC ha patentado esta tecnología y busca empresas interesadas en llevar estos anticuerpos al mercado.
Los investigadores demostraron el potencial terapéutico de cuatro de estos anticuerpos. La administración de una única dosis de estos anticuerpos protegió de la muerte causada por la Covid-19 a entre el 85 y 100% de los animales infectados, que se recuperaron completamente en dos semanas.
Estos anticuerpos podrían administrarse a pacientes infectados con SARS-CoV-2 que tuvieran riesgo de evolución a enfermedad severa (por ejemplo, pacientes inmunodeprimidos que no hayan generado inmunidad tras vacunación, o no vacunados) con el objetivo de evitar las consecuencias más graves de la COVID-19, incluida la muerte.
Los investigadores del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), dirigidos por Luis Ángel Fernández y José María Casasnovas, seleccionaron los nanoanticuerpos que mejor se unían a la región de la proteína viral S (spike) del SARS-CoV-2 y que bloqueaban la entrada del virus en la célula. Los ensayos 'in vivo' se realizaron en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC) por Miguel Ángel Martín Acebes y Juan Carlos Saiz.
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