Las ballenas, arma contra el cambio climático

Una ballena absorbe más de 30 toneladas de CO2 a lo largo de toda su vida. Es por ello que los expertos, de tener que elegir solo entre salvar a las ballenas o a miles de árboles, elegirían a las primeras.

Un estudio publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) confirma estas cifras, por lo que la presencia de estos cetáceos se convierte en fundamental para la lucha contra el cambio climático. Mientras las ballenas absorben hasta 30 toneladas, un árbol puede absorber 20 kilogramos al año. 

El Instituto para el Desarrollo de la Capacidad del FMI ha apoyado los esfuerzos internacionales por restaurar las grandes poblaciones de ballenas en el mundo: “podría conducir a un avance en la lucha contra el cambio climático”, afirma el estudio. 

“La coordinación de la economía de la protección de las ballenas debe estar a la cabeza de la agenda climática de la comunidad global”, aseguran. Se han convertido en las armas principales en esta lucha. “Dado que el papel de estos cetáceos es insustituible en la mitigación y el desarrollo de la resiliencia al cambio climático, su supervivencia debe integrarse en los objetivos de los 190 países que en 2015 firmaron el Acuerdo de París para combatir el riesgo climático”.

Las ballenas capturan tanto CO2 como 1,7 millones de árboles, pero también ayudan a la producción del fitoplancton que aporta al menos el 50% de todo el oxígeno de la atmósfera. 

¿Por qué es importante el fitoplancton? Incrementar la producción de estos organismos acuáticos en un 1% tendría el mismo efecto que la aparición de 2.000 millones de árboles maduros.