La muerte del oso pardo en León pudo ser accidental

Los restos de un ejemplar joven de oso pardo han sido hallados en San Pedro de Paradela, perteneciente al término municipal de Fabero (León), gracias al aviso de un particular.

Los del SEPRONA de la Guardia Civil procederieron al levantamiento del ejemplar, en el que participaron agentes medioambientales y celadores de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y personal de las patrullas oso de la Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León, junto a los agentes de la Benemérita.

Los restos del ejemplar fueron trasladados a los Centros de Recuperación de Animales Silvestres de la Junta de Castilla y León, donde han realizado la necropsia, según ha detallado el Gobierno regional en un comunicado.

Restos hallados del oso pardo

Los restos estaban compuestos principalmente por los huesos de las extremidades anteriores y el cráneo, junto con la piel de la espalda y la de las partes anteriormente mencionadas. No hallaron la musculatura correspondiente, excepto la del cráneo y las garras.

La necropsia ha confirmado que se trata de un ejemplar de segundo año, con toda la dentición permanente completa y los caninos aún en proceso de crecimiento. El sexo del ejemplar no ha podido determinarse.

En cuanto a las causas de la muerte, el ejemplar presenta fractura ante mortem en los huesos del cráneo, asociado a un traumatismo inespecífico, y otra fractura post mortem en la mandíbula.

En el estudio radiográfico se ha descartado la presencia de restos de plomo en el joven oso pardo. Además, las extremidades anteriores presentan astillamiento en sus extremos y se encontraron perforaciones circulares en los restos de piel, compatible con la predación de un carnívoro de gran tamaño.

La Fundación Oso Pardo cree que la muerte del osezno hallado en montes de Fabero podría haber sido accidental. A la espera de los resultados toxicológicos, todo parece indicar que la mano del hombre no está detrás de la muerte del animal que, según la necropsia, murió por un fuerte traumatismo en el cráneo.

Sin embargo, el portavoz de la entidad, Guillermo Palomero, reconoce que, a día de hoy, todavía no se ha excluido de forma definitiva la presencia de venenos o sustancias similares en el caso.

Palomero descarta, a priori, que el joven ejemplar se despeñase, ya que no hay zonas elevadas, ni tampoco puede atribuirse la muerte a un atropello o a que fuese golpeado al no haber carreteras cerca. Otra hipótesis es que el osezno muriese por el golpe de un macho adulto al tratar de acercarse a la hembra para aparearse.