La muerte de Cachou, bajo secreto de sumario

Las controvertidas circunstancias que rodeaban la muerte del popular oso Cachou han propiciado la apertura de un proceso penal por presunto delito contra la fauna. Para conocer los hechos, han decidido decretar el secreto de sumario, siendo la primera vez que se lleva a cabo en un juzgado de España para aclarar la muerte de un oso.

El juzgado de Vielha (Lleida) investiga qué fue lo que realmente mató al animal, cuyo cadáver apareció el pasado 9 de abril en un barranco cercano al municipio de Les.

"Queda claro que hay indicios penales y que la juez protege la investigación para que no se puedan alterar pruebas", ha explicado Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo, tal como recoge El País.

"Si la necropsia concluyera que la muerte fue por causas naturales, como se aprestó a avanzar la Sindicatura d’Aran, no habría ninguna investigación judicial, y mucho menos estaría bajo secreto", ha detallado Joan Vázquez, portavoz de Ipcena, el colectivo ecologista que más críticas ha lanzado contra el comunicado oficial del gobierno de Aran.

En esta nota, el ejecutivo aseguraba, sin tener los resultados de una necropsia completa, que Cachou falleció debido a una pelea con otro oso con una posterior caída de un precipicio. Resultado que estos colectivos se apresuraron a desmentir, solicitando una segunda necropsia completa.

¿Podría haber sido envenenado Cachou?

Circunstancias sospechosas

Cahou fue encontrado, sin vida, al fondo de un despeñadero de 40 metros, "un lugar muy abrupto y de difícil acceso", informaron los agentes de Medio Ambiente. Su cuerpo fue trasladado a la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) para que procedieran a realizarle la necropsia.

Poco después, el gobierno de Aran informaba de que Cachou había fallecido por "una agresión producida muy probablemente por otro oso" y posterior caída por el barranco. Los colectivos animalistas publicaron un comunicado de prensa señalando que habría indicios de un posible envenenamiento del animal.

Cachou tenía seis años y venía de una época de mala fama, por culpa de una sucesión de ataques a rebaños de potros y ovejas. Para disuadirle de su actitud depredadora, la consejería de Territori y Sostenibilitat de la Generalitat aplicó un fungicida (un producto químico, que ya se ha usado con lobos) en los restos de una yegua que había matado Cachou. Un producto que provoca vómitos.

Colectivos ecologistas mantienen que intoxicar adrede a un oso supone una práctica de riesgo y esperan conocer pronto los resultados analíticos realizados al cadáver de este oso pardo para determinar responsabilidades de su fallecimiento.

La Fundación Oso Pardo ha avanzado su voluntad de presentarse como acusación en la investigación para aclarar si la muerte de Cachou tuvo alguna otra causa oculta.