Tres décadas separan esta fotografía de la última ballena que fue cazada en Japón. Este lunes, las naves volvían a levar anclas, arpones a proa, en la que se ha convertido en una expedición ballenera histórica: la primera del país desde 1998.
Ballena capturada en Kushiro. KAZUHIRO NOGI (AFP) / EPV (REUTERS)
Y esta ha sido la ballena con desafortunado destino. Siete metros de cabeza a cola. La primera ballena cazada en Japón en 31 años. La primera, seguro, de muchas.
En 1998, Japón se sumó a la moratoria impuesta por la Comisión Ballenera Internacional -IWC, por sus siglas en inglés-, que prohibía la caza de estos animales con fines comerciales. Tokio fue epicentro del conflicto contra este acuerdo desde el primer día, pero no fue hasta el pasado año cuando anunció su retirada de dicha organización.
Antes de hacerlo, su propuesta de retomar la caza comercial de aquellos cetáceos que ellos consideraban abundantes -como la especie minke, la rorcual Bryde y la rorcual común- fue rechazada. El 30 de junio de 2019, su marcha se ha hecho efectiva, y ha sido este lunes cuando los balleneros han vuelto a surcar los mares.
Sin embargo, previamente Japón también inició un programa al que hacía referencia como caza científica. El Tribunal de la ONU frenó su actividad en el Antártico en el año 2014 tras ser considerada internacionalmente como una "tapadera" para poder dar caza a los cetáceos.
Mientras las organizaciones medioambientales pedían en la reunión del G20 que se ponga fin a esta decisión, los japoneses se remiten a la tradición y a su cultura como argumentos de defensa de la caza de ballenas. "Es una industria pequeña, pero estoy orgulloso de cazar ballenas. La práctica existe desde hace más de 400 años en mi ciudad", ha explicado Yoshifumi Kai, presidente de una asociación de pescadores de ballenas, según ha informado la agencia Efe.
Una caza "controlada"
La agencia pesquera, el organismo regulador establecido por el gobierno de Japón, ha impuesto un límite de 227 ballenas -52 Minke, 150 rorcuales Bryde y 25 rorcuales comunes- para 2019. Una cuota, según ellos, medida científicamente para que no afecte a la población. “Pondremos en práctica la caza comercial de ballenas conforme a cálculos científicos y siguiendo una apropiada gestión de recursos”, ha asegurado el subsecretario jefe del gabinete, Yasutoshi Nishimura, en rueda de prensa. “Esperamos poder recuperar la normalidad cuanto antes, rejuvenecer la comunidad y transmitir nuestra rica cultura ballenera a la siguiente generación”.
Cabe señalar que, a pesar de ser muy popular a nivel cultural en este país, el sector apenas emplea a 300 personas, y el consumo anual ha descendido a las 5.000 toneladas desde las 200.000 que se consumían en la década de los sesenta. Ya no se necesita para sobrevivir como ocurría antaño, como en 1964 en su punto álgido, cuando en un solo año fueron cazadas 24.000 ballenas.
Sin embargo, y a pesar de la gran caída del consumo, hoy los balleneros han vuelto a la mar y, a su regreso, les acompañaba, sin vida, esta ballena, que esta mañana navegaba en libertad sin saber cómo acabaría su jornada en este 1 de julio. Mañana estará a la venta en cualquier supermercado.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
Lamentablementepublicada el ( 7 jul 2019 ) por Juan |
Da mucha pena leer noticias así. A veces nos empeñamos en deshacer el camino andado. Algo que resulta frustrante. |
Hacia atrpublicada el ( 1 jul 2019 ) por Andrea |
En vez de avanzar vamos hacia atrás a pasos agigantados |