Hallan 400 gramos de material putrefacto dentro de una gallina

"Sabemos que estas imágenes no son nada agradables de ver", reza la publicación de Fundación Santuario Gaia, y cuando lees una frase así antes de ver las fotografías, ya sabes que lo que te espera a continuación va a ser duro y triste.

Desde esta fundación han querido contarnos la historia de una gallina ponedora, a la que "bautizaron" como Eder, para denunciar el sufrimiento que viven estos animales. Intentaron salvar su vida cuando uno de sus huevos quedó encajado en su cavidad abdominal, produciendo una peritonitis al animal, que tuvo que ser operado de urgencia.

Fue entonces cuando se encontraron con un desagradable panorama: unos 400 gramos de material putrefacto residían en el abdomen de esta ave que, como todas las denominadas gallinas ponedoras, vivió sin ver el sol, hacinada en una jaula o en granjas "donde apenas poder respirar por la acumulación de amoniaco que producen sus propias heces", han detallado desde Fundación Santuario Gaia.

"Eder era una gallina de las llamadas ponedoras, gallinas que han sido seleccionadas genéticamente a lo largo de los años para que pongan la máxima cantidad de huevos posibles al año (...) más de 320 huevos al año", han explicado. Cuando la producción baja, que suele ser a los dos años, son enviadas al matadero.

Dos años de sufrimiento, sin ver el sol, ni sentir el aire, "hacinadas en granjas donde no se puede respirar debido a la acumulación de amoniaco producido por sus propias heces, lo que les causa graves problemas respiratorios". Eder entró a quirófano pesando 1,8kg y salió con 1,4kg cuando vaciaron toda la suciedad que hallaron en su interior. 

Eder no pudo superar el postoperatorio y falleció.