Pesaba el doble que el loro de mayor tamaño conocido hasta el momento, siete kilos. Habitó Nueva Zelanda hace ya 19 millones de años, y se alimentaba de vegetales y otros pájaros. Le llaman Heracles inexpectatus y sus restos han aparecido en la localidad de Saint Bathans.
Recreación del aspecto de Heracles | DR. BRIAN CHOO, UNIVERSIDAD DE FLINDERS
Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), con sede en Sídney, ha hallado estos restos de este loro gigante. El estudio que recoge estos datos ha sido publicado en Biology Letters.
"Tuvo un enorme pico que podía abrir de par en par lo que se le antojara (...) incluidos otros loros", ha explicado Mike Archer, de la UNSW, según recoge la agencia Efe.
El loro gigante vivió en un bosque subtropical rico con muchas especies de palmeras y laureles que "proporcionaba una rica variedad de fruta importante en su dieta", ha afirmado también Suzanne Hand, otro miembro del grupo de científicos de la UNSW.
Una ventana al pasado
El yacimiento donde han sido hallados estos restos es conocido por alojar fósiles de aves del período del Mioceno, una ventana a un hábitat prehistórico con animales y pájaros terrestres que poblaron Nueva Zelanda desde que los dinosaurios estuvieron en la tierra hace 66 millones de años.
"Hemos excavado este yacimiento de fósiles durante 20 años y seguimos encontrando nuevas aves y otro tipo de animales", ha indicado el paleontólogo Trevor Worthy, de la Universidad de Flinders, en Australia.
Nueva Zelanda tuvo en su zona aves gigantes como la extinta moa, parecida al avestruz y que pudo haber medido hasta tres metros.
Los fósiles hallados, catalogados en las colecciones del Museo de Nueva Zelanda Te Papa Tongarewa, son partes de las patas izquierda y derecha. Un pequeño descubrimiento que nos descubre cómo pudo ser el mundo hace millones de años.
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