Esperanza para el rinoceronte negro africano

El rinoceronte negro africano todavía tiene una esperanza de subsistir. Permanece calificado como especie en "peligro crítico" pero, a un paso de su extinción, el número de ejemplares ha crecido.

La esperanza surge del paso de los 2.345 rinocerontes negros africanos contabilizados en 1995, a los 5.630 en 2018. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) habla con cautela sobre el futuro de la especie en la última actualización de la Lista Roja.

Esto nos demuestra que los trabajos de conservación dan sus frutos. "Si bien los rinocerontes de África no están, de ninguna manera, a salvo de la extinción, la lenta y continua recuperación de las poblaciones de rinocerontes negros es un testimonio de los inmensos esfuerzos realizados y un poderoso recordatorio para la comunidad mundial de que la conservación funciona", ha explicado Grethel Aguilar, directora general interina de la UICN.

Entre 2012 y 2018, la población de rinoceronte negro ha aumentado en África a una modesta tasa anual de 2,5%, pasando de 4.845 a 5.630 animales en la naturaleza.

La buena noticia es que, de mantenerse esta tendencia, se prevé un aumento similar en los próximos cinco años. Con suerte y mucho trabajo, el rinoceronte negro podría ser reclasificado como una especie "solo" en peligro (y no en peligro crítico) para 2024/25, ha comentado a ABC Richard Emslie, miembro del Grupo de Especialistas en Rinocerontes Africanos de la Lista Roja de la UICN.

La amenaza de la caza

Esta especie sigue en jaque debido a la caza furtiva. En el este asiático creen que el cuerno de los rinocerontes tiene propiedades medicinales, aunque sus supuestos beneficios no están demostrados científicamente. Además, el principal componente de los cuernos es la queratina, el mismo tipo de proteína estructural que constituye las uñas y el pelo de los mamíferos.

Paralizar esta lacra es el principal objetivo del proyecto de conservación. "En términos absolutos, se están realizando grandes esfuerzos en los cuatro principales estados del área de distribución que conservaron aproximadamente el 94% del rinoceronte negro en 2018, a saber, Namibia, Sudáfrica, Kenia y Zimbabue", ha detallado Emslie.

Las cifras era abrumadoras. Solo en 2015, al menos 1.349 rinocerontes fueron cazados, suponiendo esto un promedio de 3,7 rinocerontes abatidos por día.

Estos números han empezado a disminuir, y en 2018 se detectaron 892 rinocerontes abatidos: aproximadamente 2,4 rinocerontes africanos por día. Los datos preliminares para 2019 indican que los niveles de caza furtiva han disminuido todavía más.

"No hay espacio para la complacencia, ya que la caza furtiva y el comercio ilegal siguen siendo amenazas agudas", ha asegurado Aguilar. Por ello, es esencial mantener las medidas para frenar la caza furtiva con apoyos nacionales e internacionales, así como con iniciativas para la gestión de la población.

Una de ellas es el traslado de rinocerontes seleccionados de poblaciones establecidas a nuevas ubicaciones para mantener las poblaciones productivas y aumentar el área de distribución de la especie.

La otra cara de la moneda

En el caso del rinoceronte blanco, los resultados nos muestran la otra cara de la moneda. La evolución de su población continúa en descenso. Cuenta con una mayor población repartida y está clasificada como "casi amenazada", pero los ejemplares de la subespecie de rinoceronte blanco del sur disminuyeron un 15% entre 2012 y 2017, pasando de unos 21.300 a 18.000 ejemplares.

Unos datos que responden al elevado nivel de caza furtiva en el Parque Nacional de Kruger, en Sudáfrica, donde reside la mayor población de rinocerontes blancos del mundo. Esta especie, además, es más vulnerable a la caza furtiva: cuenta con cuernos más grandes y prefiere hábitats más abiertos.

Emslie ha puntualizado que el rinoceronte blanco sigue siendo dependiente de los esfuerzos de conservación y si decayera su protección, "podrían volver a tener problemas rápidamente". Por ahora no van a reclasificarlo en la Lista Roja.

En Botsuana, los rinocerontes también viven amenazados por la caza furtiva. En este país africano, la ONG Rhino Conservation Botswana asegura que la caza furtiva está profesionalizada y que tan sólo quedan 400 ejemplares.