"El tigre blanco no debería existir"

Hoy nos hacemos eco de una de las principales denuncias de la organización en defensa de los tigres Big Cat Rescue, que alertaba hace un tiempo de las prácticas que muchos empresarios de criaderos privados llevan a cabo para conseguir tigres blancos a toda costa. ¿Su objetivo? El que os estáis imaginando: vender cada ejemplar por miles de dólares.

Sin embargo, lo que ninguno de ellos tiene en cuenta es que este negocio conlleva terribles consecuencias para esta especie. Para poder criarlos, dada su escasez, lo que hacen es cruzar a madres e hijos y/o a hermanos entre sí, y esta endogamia provoca problemas como el que sufrió el entrañable Kenny, un tigre blanco que decían padecía “Síndrome de Down” y que ya falleció, años atrás, de un melanoma.

Pese a que muchos piensan que estos tigres simplemente gozan de este color porque son albinos, lo cierto es que no es así. En realidad sufren leucismo, una peculiaridad que se produce por un gen recesivo que provoca la falta parcial o total de eumelanina o faeomelanina (las dos variedades de melanina), hecho que provoca que sean bizcos, aunque no lo aparenten (su nervio óptico está conectado con el lado equivocado del cerebro).

Asimismo, padecen deformidades en la columna vertebral e incluso nacen con órganos dectuosos, con las patas torcidas o el paladar dividido en dos, tal como han detallado desde Big Cat Rescue, que denuncia que estos criaderos que se afaman como los “salvadores” del tigre blanco, lo único que consiguen es condenar a esta especie. Solo nacen aparentemente normales uno de cada 30 cachorros. ¿Os imagináis lo que hacen con los demás? Sacrificarlos o abandonarlos a su suerte. A raíz de esto, Susan Bass, portavoz de Big Cat Rescue, ha realizado estas contundentes declaraciones: "No es una especie que esté en peligro de extinción ni que deba ser salvada, simplemente esta especie no debería existir".

En este vídeo Big Cat Rescue nos cuenta lo que hay detrás de la crianza de estos bellos seres del mundo animal.

Y vosotros, ¿qué opináis?