¿Sabías que el oso polar es blanco para poder camuflarse mejor en su hábitat? Una forma inteligente de adaptarse y sobrevivir, puesto que este color le facilita la caza de sus presas.
Esta es solo una de las curiosidades más llamativas de este gran carnívoro terrestre que vive y sobrevive gracias al medio marino. Así es nuestro gigante blanco que adora el mar.
Este plantígrado es uno de los carnívoros terrestres más grandes que existen en la actualidad. El oso polar macho puede alcanzar hasta los 2,70 metros si le medimos desde su nariz hasta la cola. Las hembras, siempre de menor tamaño, pueden llegar a los dos metros. Los machos adultos pueden pesar hasta 450kg.
Cuando se trata de su menú, el oso polar tiene un plato principal: la foca, una presa escurridiza debido a su piel. Por ello, este mamífero puede tardar horas en dar caza a un ejemplar, esperando, paciente, a que suba a la superficie para sorprenderla y darle una estocada final. Puede cazar una o dos focas de cada 10.
El estómago de un oso polar puede recibir el equivalente en comida del 15 al 20% de su propio peso corporal. De hecho, su sistema digestivo absorbe aproximadamente el 97% de la grasa que consume.
El oso polar es una especie que habita en el Ártico, estando la mayor parte de su población concretamente en Canadá. La población total de osos polares se divide en menos de 20 subpoblaciones. El 60% por ciento de ellas, según WWF, se encuentran en Canadá. Hay entre 22.000 y 31.000 osos polares en estado salvaje, pero su número sigue disminuyendo. Suelen reproducirse cada varios años, dando a luz habitualmente a mellizos que estarán con su progenitora durante más de dos años.
¡Como los chorros del oro! Así le gusta lucir su pelaje al oso polar, pero no por capricho, sino porque esto le permite mantener intacta su capacidad aislante.
La piel sucia, enmarañada y mojada no funciona tan bien en ese sentido. Por ello, después de alimentarse, el oso polar suele bañarse nadando o rodando por la nieve.
Este animal tan popular y querido está en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat, el hielo marino. El aumento de la temperatura debido al cambio climático provoca el deshielo. Esto favorece la rápida desaparición de la especie. Sin hielo, el oso polar no puede cazar ni reproducirse. Por ello, hace relativamente poco, vimos a una manada de osos en Rusia aproximarse a poblaciones cercanas buscando alimento.
El conflicto con el ser humano y la sobreexplotación son otras dos causas del declive de esta especie depredadora fundamental para el bienestar de la cadena alimenticia.
¿Conseguiremos poner de nuestra parte lo suficiente para ayudar a su supervivencia?
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