El lobo, el oso y el lince: pilares amenazados de nuestra fauna

En España tenemos la gran fortuna de contar con una magnífica fauna. Una fortuna que no parecemos valorar si tenemos en cuenta que, muchos de estos animales, se encuentran en peligro de extinción o están amenazados. El oso ibérico, el lobo ibérico o el lince ibérico son tres de estas especies.

¿Realmente estamos trabajando por su recuperación? ¿Somos conscientes de lo que estamos a punto de perder si desaparecen estas especies? Hoy desvelamos algunas de las curiosidades que seguro no sabías de estos tres emblemas de nuestra fauna.

Dos osos pardos

El lobo ibérico

La fuerza del lobo está en la manada. Esta frase no puede tener más razón, y es que este animal se caracteriza por moverse en grupos de entre seis y 10 miembros, con una pareja dominante llamada "alfa". Cada miembro tiene su rol y su aportación. Entre ellos se apoyan y respetan.

El lobo es el miembro no doméstico perteneciente a la familia de los cánidos (Canidae). Un animal fuerte, caracterizado por su valentía, del que se cree que sobrevivió a la Edad de Hielo, pudiendo tener su especie una antigüedad de 300.000 años.

Debido a las regulaciones tardías, podemos decir que el lobo todavía se considera en algunas provincias de España una especie cinegética. El ser humano ha tenido siempre con este animal una relación de amor-odio, y nos hemos convertido en sus principales depredadores.

Los incendios, los intereses de ganaderos y cazadores o la toma de su hábitat natural son sus principales amenazas, tal como nos ha explicado Miguel Ángel Hernández, de Ecologistas en Acción. Hace escasos días, éramos testigos de la primera sentencia condenatoria por la caza de un lobo ibérico en España. "Una sentencia histórica que esperamos sirva para disuadir a los cazadores", ha afirmado Hernández, quien ha asegurado que en este país no existen más de "1.000 ó 2.000 unidades reproductoras del lobo ibérico".

La ganadería, la caza o la invasión de su hábitat no son las únicas razones que van ligadas a su crítica situación. La superstición también es origen de su situación de vulnerabilidad.

En España, el lobo ha sido visto como un animal fiero, incluso surgido de las tinieblas, un enemigo al que temer. Aunque otras culturas como la de los indios norteamericanos ven en el lobo un honorable competidor, al que respetan y admiran, nuestra tradición está llena de historias que están en la mente de todos, en las que el lobo es un ser maligno y cruel.

Ejemplo de ello son dichos como "ver las orejas al lobo", "meterse en la boca del lobo" o "el hombre es un lobo para el hombre". ¿Alguien recuerda el cuento de Caperucita y el Lobo? ¿Y el de los tres cerditos?

Sin embargo, nuestra convivencia con el lobo podría ser muy diferente, como ocurre en otros países. Como anécdota, recientemente pudimos saber que, en un pueblo gallego de Orense, un hombre vivía con un lobo al que inscribió como Pastor lobo checho. No sabía que estaba conviviendo con un lobo ibérico.

El oso ibérico

En España, junto a Italia y Francia, viven las poblaciones europeas de oso pardo más amenazadas. Los osos ibéricos están en peligro de extinción y se enfrentan a constantes amenazas.

Las más importantes son los seres humanos, la pérdida y fragmentación del hábitat y la baja diversidad genética de los osos cantábricos. En España quedan dos poblaciones de oso: una de ellas se localiza en la Cordillera Cantábrica, y la segunda, compartida con Francia y Andorra, en los Pirineos.

En nuestro país la especie está catalogada como en peligro de extinción, lo que ha derivado en la aprobación de planes de recuperación en toda su área de dstribución. En 1995, el nuevo Código Penal estableció un castigo de hasta dos años de cárcel por matar a un oso, tipificándolo como delito ecológico.

Un oso adulto puede llegar a perder hasta el 40% de su peso durante el invierno y, aunque en apariencia puedan parecer auténticos carnívoros, su alimentación está en un 85% basada en materia vegetal, completándola con carroñas, insectos, miel, setas, aves, huevos y ungulados.

Como curiosidad, los osos son los vertebrados con menores tasas de natalidad del mundo. Las hembras alcanzan la madurez sexual a una edad entre 3 años y medio y 5 años. Entre una camada y otra transcurren tres años.

La pérdida de su espacio vital obliga a numerosas oblaciones de osos a entrar en contacto con el ser humano y con sus animales domésticos, provocando conflictos que derivan en batidas ilegales y en la colocación de cepos y venenos.

¿Cómo podemos ayudar a conservar la especie? Una de las acciones más efectivas es la plantación de árboles frutales en zonas oseras para evitar que se vean obligados a acercarse a áreas humanizadas, así como endureciendo las penas por dar caza o envenenar a estos animales.

El lince ibérico

Es el felino más amenazado del mundo, con menos de 300 ejemplares. Se encuentra en zonas muy restringidas de España y Portugal. Es por ello que existen numerosos programas de conservación de la especie.

Su principal alimento es el conejo, de hecho es el único carnívoro considerado especialista en conejos. Si la población de este animal es reducida, puede cazar también roedores o perdices, entre otros.

El lince es un animal solitario y nómada, además de especialmente nocturno en su vida adulta, sobre todo en verano. En invierno puede permanecer hasta 24 horas seguidas activo. Puede llegar a vivir de media entre 10 y 15 años.

El lince ibérico se declaró especie protegida en 1966. De las 31 zonas en las que habitaba el lince en 1960, solamente quedan linces en ocho de ellas.

Cachorro de lince

Además de la fragmentación de las poblaciones, el lince ibérico se enfrenta a otras amenazas, como la reducción de las poblaciones de conejo por enfermedades que padece, la pérdida de su hábitat, y la caza indirecta, como los cepos y lazos, e incluso los atropellos, como hemos visto en los últimos días en la zona del Parque Nacional de Doñana.

Existen en la actualidad activos varios programas de protección para este felino que parecen dar sus frutos. Sin embargo, desde Ecologistas en Acción han asegurado que las medidas no son suficientes.

"Buscamos la conservación espectáculo: hacer muchas sueltas, que venga mucha gente a verlas, pero luego te introduces en le medio natural y ves la situación y piensas que es un engaño", ha asegurado a este digital Miguel Ángel Hernández, de esta ONG, que demanda que se tomen decisiones intrínsecas que ayuden a la especie en su hábitat. 

Confiamos en que autoridades y ciudadanos podamos ser capaces de poner de nuestra parte para proteger la existencia de estas especies en extinción que, como tantas otras, necesitan nuestra ayuda, ahora más que nunca.

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