Crece la población del oso pardo en el Pirineo

No cantemos victoria, porque la situación del oso pardo sigue siendo crítica. Es una especie protegida en peligro de extinción, pero el último censo alimenta nuestra esperanza: su población en el Pirineo ha crecido.

El Grupo de Seguimiento Transfronterizo ha confirmado que el número de ejemplares en la cordillera se eleva a 52 y que los nacimientos en 2019 fueron de 10 nuevas crías. El mejor dato en décadas.

Hace 25 años tan solo existían una docena de ejemplares y la especie, en esta situación, estaba gravemente amenazada. Sin embargo, sólo el oso Canelito, nacido en 2004, hijo de una hembra autóctona abatida por un cazador, y de un macho esloveno, conserva los genes originales.

El resto de los ejemplares proceden del programa de reintroducción Pyros Life, apoyado por Francia y Cataluña, y al que se oponen en la actualidad las comunidades de Aragón y Navarra.

Cría de oso pardo

Las nuevas cifras reflejan altos índices de natalidad y suponen un incremento de 12 ejemplares respecto a 2018, momento en el que se identificó a un total de 40 individuos.

Observaciones, huellas, fotos y análisis genéticos son loa fundamentos de este censo. Cada año se realiza un recuento provisional de los ejemplares del año anterior, denominado Mínimo de Efectivos Detectados. También se revisan los datos de dos años previos para incluir los ejemplares que no se hubieran detectado y obtener un censo mejorado, el Mínimo de Efectivos Revisado.

Respecto a los nacimientos de oseznos, en 2019 se registraron 10 nuevas crías de cinco hembras diferentes. Se trata de una cifra récord, sólo alcanzada en los años 2016 y 2017. Las hembras que se han reproducido, con dos crías cada una, son Sorita, Isil , Caramelles, Bambou y Fadeta.

Por contra, durante 2019 se dieron por muertos seis ejemplares. Entre ellos, la hembra Hvala, detectada por última vez el 2017, además del macho Fifonet y las dos crías de Sorita.

A ellos habría que sumar también a Cachou, encontrado muerto en el Valle de Aran el pasado 9 de abril. Los primeros datos de la necropsia apuntaban, según las autoridades, a que murió por el ataque de otro oso, al precipitarse después por una pendiente.

Sin embargo, asociaciones conservacionistas han rechazado esta versión y exigido los resultados de la necropsia completa, así como el desarrollo de una nueva para constatar las razones de la muerte. Apuntan a un posible envenenamiento.

Cuerpo sin vida del oso Cachou

Los ganaderos, en pie de guerra

En el valle oscense de Gistain, los ganaderos han solicitado que se retire de la zona al oso Goiat. Un ejemplar reintroducido por Cataluña que ha protagonizado cinco ataques al ganado en el Pirineo aragonés. Varias ovejas y cabras han resultado muertas o desaparecidas.

El área de distribución geográfica del oso pardo en el Pirineo se ha incrementado en 3.000 km2 respecto a años anteriores. La presencia de la especie alcanza ya una superficie total de 10.400 km2. La mayor parte, en el Pirineo central. Este aumento ha venido motivado por un desplazamiento exploratorio puntual que realizó Goiat durante la pasada primavera pasada.