¿Cómo evitar que nuestras mascotas padezcan obesidad?

Los animales domésticos como los perros y gatos no están exentos de padecer obesidad. Todo lo contrario: una de cada tres mascotas que vive en los países occidentales es obesa. 

Cuando hablamos de problemas alimenticios en perros y gatos, la obesidad es el principal. Estos animales son diferentes a otros como las aves o los conejos, que sí tienen la capacidad de administrar su pienso.

¿Cómo podemos evitar la obesidad en nuestro perro?

¿Qué es la obesidad? 

La obesidad es la acumulación en el cuerpo de tejido adiposo, conocido comúnmente como grasa, debido a una ingesta mayor de calorías de las que el cuerpo necesita. 

Lo que diferencia a personas y mascotas es que estos últimos dependen del ser humano a la hora de controlar su ingesta de alimento y de quemar calorías durante el día. De su dueño dependerá que el perro o gato padezca obesidad.  

De hecho, de acuerdo con un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, existe una relación directa entre la obesidad que padecen los dueños y la de sus mascotas. Los perros con dueños obesos tienen cinco veces más posibilidades de sufrir la misma enfermedad. 

¿Padece mi perro o gato obesidad? 

Saber si nuestra mascota es obesa es relativamente sencillo. Si su peso supera entre el 15 y el 30 por ciento de su peso estándar, estamos ante un animal con esta enfermedad.  

Otros indicadores que pueden ayudarnos a saberlo es si, intentando tocar su tórax, no podemos diferenciar las costillas. Asimismo, los animales obesos parecen más cansados y tienen menos actividad, e incluso pueden llegar a ahogarse al practicar ejercicio. 

La mejor forma de conocer si padece este problema, es acudir a nuestro veterinario para que realice un diagnóstico fidedigno. 

¿Cuáles son sus causas? 

Aunque el estrés, problemas en el hipotálamo o la castración pueden ser causas de la obesidad, los principales factores que favorecen esta enfermedad son: 

1. El ser humano: como hemos descrito anteriormente, está demostrado que el estilo de vida del propietario influye directamente en su mascota. Si su dueño es sedentario o se alimenta de forma inadecuada, es muy probable que haga lo mismo con su perro o gato. 

2. La genética: los perros y gatos mestizos, y razas como Carlino, Beagle, Golden Retriever, en el caso de los canes, o el Maine Coon y el Cornish Rex, entre otros, en el caso de los felinos, son más tendentes a sufrir obesidad. 

3. La edad: según va envejeciendo el animal, se vuelve más inactivo y disminuyen sus necesidades energéticas. Si consume las mismas calorías sin quemarlas, acabará engordando con el paso del tiempo. 

¿Cómo afecta la obesidad a la salud? 

Aumenta el riesgo de padecer dificultades cardio-pulmonares, así como trastornos de locomoción. También puede producir problemas en el aparato digestivo y patologías en el reproductor, además de predisponer al animal a padecer diabetes o problemas en la piel.  

¿Cómo solucionar este problema? 

Para prevenir o poner fin a la obesidad, lo primero que debemos hacer es consultar con un veterinario. Si nuestro perro o gato padece obesidad, será el especialista el que nos proponga un programa para reducir el sobrepeso. Además, seguiremos estos consejos: 

1. La pérdida de peso debe ser progresiva.

2. Controlaremos la comida del animal y fraccionaremos sus raciones. 

3. Beberá el máximo de agua posible. 

4. Evitaremos darle las sobras de nuestra comida. 

5. Fomentaremos su ejercicio diario. 

6. Pondremos fin a los premios o golosinas. 

7. Controlaremos su peso de forma habitual. 

La obesidad es un problema importante para perros y gatos pero, ayudándoles a llevar una vida saludable, podremos evitarlo, con paciencia y dedicando tiempo a nuestros fieles amigos.