Muchos de los barcos españoles que pescan pez espada acaban con la vida de millones de tiburones, muchos de ellos en peligro de extinción. 100 millones de tiburones muertos al año es una cifra que deja la supervivencia de estos animales pendiendo de un hilo. La población de algunas de estas especies, según Greenpeace, han disminuido hasta en un 99% debido a la sobrepesca.
Tiburón siendo capturado | GREENPEACE
Una de las causas, afirma esta ONG, es la captura accidental. Greenpeace ha denunciado que la mayoría de los barcos que quieren pescar peces espada en aguas europeas, al hacerlo, "atrapan cuatro veces más cantidad de tiburones en peso".
Una de las especies de tiburones pescada por estos navíos es el tiburón marrajo, que se encuentra en peligro de extinción.
"La semana pasada el barco Esperanza de Greenpeace fue testigo de uno de estos casos: un pesquero español que capturaba tiburones con palangre a unos 300 kilómetros de distancia de las Azores", han comentado, y durante su protesta, la tripulación de esta organización no observó que se capturase ningún pez espada, pero sí fue testigo de "la extracción de al menos ocho tiburones". La imagen documenta esta información.
Pesquero español capturando un tiburón | GREENPEACE
Las aletas, manjar codiciado
La sobrepesca del tiburón viene motivada, en gran parte, a sus aletas, consideradas manjares en algunas culturas. De hecho, son numerosas las imágenes que comparten animalistas y biólogos marinos de estos animales mutilados que, en muchos casos, son devueltos al mar.
Con vida, pero sin su motor principal. Con vida, pero agonizando.
La Unión Europea prohíbe esta práctica a los barcos europeos y a los que faenen en nuestras aguas. Sin embargo, desde Greenpeace y otras organizaciones exigen la creación de un Tratado Global en Naciones Unidas que proteja los océanos y a sus criaturas, hoy en peligro debido al ser humano.
El tiburón, ese temido desconocido
Este predador de los océanos es popularmente reconocido por las películas de la saga 'Tiburón' y otras tantas en las que se presenta a estos animales como sanguinarios asesinos. Nada más lejos de la realidad. De los centenares de especies existentes, son muy pocas las consideradas agresivas, como es el caso del tiburón blanco.
Al otro lado de la barrera, expertos que dedican sus jornadas a ayudar a estos animales y a luchar por sus derechos para frenar su extinción. Es el caso de Cristina Zenato, que cada día invierte su tiempo en tratar de extraer los anzuelos que, por error y mala praxis del ser humano, acaban en las mandíbulas de los que ella ya llama sus tiburones. "Existen más de 500 especies de escualos pero cuando hablamos de tiburones solo pensamos en una o dos especies potencialmente peligrosas", aseguraba en una entrevista a Dakari Diario.
Tan solo recibimos las noticias de los ataques de estas especies cuando surfistas o nadadores están en su hábitat. Sin embargo, ¿no corremos riesgo entrando en una selva copada por leones? Ocurre lo mismo cuando navegamos por los océanos. Para poner fin a esta errónea concepción, es necesaria la concienciación. "El conocimiento nos hace desprendernos de nuestros miedos", afirmaba Zenato.
La supervivencia de los tiburones es fundamental para el buen desarrollo del ecosistema marino y, por tanto, esencial para el ser humano. ¿Podremos dejar de etiquetarles a todos bajo el concepto de "asesinos" y protegerles pensando en nuestro futuro?
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