Valencia ha protagonizado varios actos de protesta en relación con el bienestar de los animales marinos durante este fin de semana. Denia Animal Save y decenas de animalistas de otras organizaciones se han concentrado frente al Oceanogràfic de Valencia en repulsa al cautiverio animal, mientras que València Animal Save ha llevado a cabo una performance que tenía como eje principal el final de la pesca.
Durante el acto del pasado sábado, los activistas portaban máscaras y redes mientras otras personas mostraban los vídeos sobre el cruel trato que reciben los animales marinos, que a juicio del colectivo convocante "son los más discriminados". Las cifras de sacrificio para consumo humano son "incontables, muriendo muchos ejemplares fuera del agua por asfixia y suponiendo las redes de pesca el 46% por ciento de plástico en el mar", han detallado en nota de prensa. Durante este acto, también han recogido firmas con el fin de evitar la granja de pulpos que está en proyecto para Las Palmas de Gran Canaria.
Según la bióloga Rosa Más, que colabora en colectivos como Feumve por un menú vegano en todos los colegios, la pesca es "insostenible tanto por su crueldad como por su implicación contra el medio ambiente" explicando en un texto argumentado mediante diversos estudios científicos el impacto medioambiental que tiene hoy en día la industria pesquera. "No hay ningún motivo para seguir utilizando a los animales y arrasando con el medio ambiente", ha concluido.
Denia Animal Save realizaba, un día más tarde, una protesta frente al Oceanográfic de Valencia, explicando en un comunicado cuáles eran los objetivos de este acto al que se unieron decenas de personas. "Los acuarios son empresas que se benefician económicamente utilizando a los animales como una fuente de entretenimiento. Mantienen a estos animales para beneficiarse económicamente con su esclavitud, pero para nada contemplan los deseos o libertades de estas criaturas", ha explicado.
Asimismo, un extrabajador de dicho centro que estuvo como empleado en el lugar durante unas semanas, quiso hacer llegar su testimonio. "Tenía terminantemente prohibido hacer fotos o contestar a las preguntas que me hacía el público, y me sentía triste durante los duros entrenamientos en los que veíamos peleas entre los animales por juntar dos individuos incompatibles e incluso eran medicados para ser convertidos en payasos de feria", ha detallado el empleado, según la organización convocante.
Los organizadores explican que la principal clientela del Oceanográfico suelen ser niñas o niños que quieren venir a este lugar por su empatía con los animales y no por conocer su "situación de esclavitud". Por ello, reivindican que esta actividad supone unos nulos valores de respeto hacia los seres vivos. Al acto han acudido voluntarias de PACMA pidiendo el cierre de los acuarios. "Todos los animales merecen la misma protección", ha señalado su portavoz en Valencia.
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